Ing. Cardoso: Muchas personas piensan que los problemas auditivos son solamente una cuestión de volumen ¿Qué nos puede usted decir al respecto?
Pues mire, ojalá así fuera, pero la cuestión no es tan sencilla. Al menos hay cinco dimensiones de la audición que se ven afectadas al mermar la audición y voy a tratar de explicarlas, si usted me lo permite.
1.- La primera dimensión es la sensibilidad, que consiste en establecer el sonido más suave que puede percibir una persona en cada frecuencia del espectro del habla que va de 125 Hertz (Hz) hasta 8,000 Hz. Normalmente, con la edad, todas las personas vamos perdiendo sensibilidad en los sonidos agudos, de ahí que empecemos a no entender las conversaciones. Oímos pero no entendemos y, si le subimos al volumen (intensidad), vamos a entender menos.
2. La segunda es el rango dinámico que se define como el intervalo en decibeles (dB) que existe entre el sonido más suave que podemos oír y el sonido más fuerte que toleramos en una frecuencia específica.
Vamos a pensar que una persona empieza a escuchar a una intensidad de 80 dB en todas las frecuencias y su umbral de tolerancia es de 110 dB, esto significa que su rango dinámico es de 30 decibeles (110- 80=30).
Esto significa que en esos 30 decibeles tenemos que “empacar” todos los sonidos, desde los más suaves hasta los más fuertes. Por lo anterior estaríamos comprimiendo en 30 decibeles todo el rango de sonidos que en una persona normal serían 110 decibeles. Esto es algo muy difícil de hacer y demanda características muy especiales a los auxiliares auditivos que se prescriben y constituye un importante reto a quien hace la adaptación.
3.- La resolución de frecuencias es la capacidad para distinguir y percibir dos fonemas casi simultáneos de diferentes frecuencias, por ejemplo la /s/ y la /t/. Ambos fonemas son agudos y deberían de distinguirse claramente, pero en un oído con pérdida fácilmente se confunden. Además, la presencia de tonos graves, como las vocales, enmascaran los tonos de frecuencias agudas. Por ejemplo, si digo SESENTA, lo más probable es que escuche _E_EN_A.
La consecuencia de una merma en la resolución de frecuencias hace más difícil entender una conversación – especialmente en ambientes con ruido de fondo – por lo que se requiere que el auxiliar identifique y minimice en tiempo real los patrones de ruido. De hecho, más importante que el número de canales en un auxiliar auditivo, es su capacidad para identificar y reducir los patrones de ruido que enmascaran la voz, sin sacrificar a ésta.
4.- Resolución temporal es la capacidad del oído para distinguir entre dos sonidos sucesivos. Las personas con audición limitada no son siempre capaces de distinguir entre dos sonidos que se presentan casi simultáneamente. El primer estímulo tiende a “perturbar” al segundo estímulo.
Cuando el primer sonido ha enviado su información al sistema nervioso central, al cerebro le toma un tiempo de recuperación para procesar correctamente el siguiente sonido. Una manera de reducir esta perturbación es separar los dos sonidos entre sí esto es, incrementar el tiempo de espera entre ellos o hacer el segundo sonido más fuerte. Esta es la razón por la que es necesario hablar despacio e igual de importante es que el auxiliar nos permita abordar este problema.
5.- Escuchar con dos oídos. Debemos de entender y/o creer como dogma de fe que el que oye es el cerebro; los oídos solo convierten las vibraciones que hay en el aire, en un movimiento dentro del oído interno, que dispara un impulso eléctrico que va al cerebro y es en éste en donde se produce el fenómeno auditivo. Afuera no hay sonidos; solo hay vibraciones; si no hubiera aire, no escucharíamos nada. En otras palabras, los sonidos solamente se construyen en nuestro cerebro.
Al escuchar con dos oídos se produce un efecto de sinergia en el cual 1 +1 es mayor que dos. Al escuchar con los dos oídos podemos ubicar la fuente sonido ya sea en el eje vertical como en el eje horizontal. Usar ambos oídos ayuda al cerebro a identificar los patrones de ruido y suprimirlos para dar relevancia a la voz hablada.
6.- En resumen. La mayoría de las pérdidas auditivas son de naturaleza neurosensorial, que es una daño en el Órgano de Corti que en el ojo equivaldría a una daño en la retina. Cuando la audición está dañada, el cerebro no recibe los patrones completos de pulsos eléctricos de los dos oídos y, por lo tanto, no será capaz de llevar a cabo sus funciones adecuadamente.
Siempre nos olvidamos que el mejor auxiliar auditivo es el cerebro y, si le procuramos los mejores estímulos posibles, su plasticidad para adaptarse a cambios en los estímulos que recibe es verdaderamente inconmensurable, por no decir milagrosa.
Las personas no somos conscientes de estas cinco dimensiones y solamente tenemos la sensación de que nuestra audición ya no funciona de la misma manera en que lo hacía antes y, generalmente, le echamos la culpa a los demás. Las cinco dimensiones son medidas objetivas, mientras que la persona con una pérdida auditiva tiene una experiencia subjetiva que puede no ser medible, pero que sin embargo, es de la mayor relevancia para cada persona.
Cuando el sentido de la audición se ve afectado el cerebro paulatinamente se reorganiza. Las células nerviosas cambian su sensibilidad a las frecuencias adyacentes que todavía son enviadas al cerebro gracias a la plasticidad cortical del cerebro.
Muchos estudios han demostrado que los usuarios de primera vez de auxiliares auditivos cuya pérdida se ha desarrollado a lo largo de muchos años, pueden necesitar un tiempo antes de experimentar todas las ventajas de sus auxiliares auditivos. Esto se debe probablemente al hecho de que el cerebro necesita algún tiempo para reorganizar nuevamente sus recursos corticales.
En la primera gráfica se observa una distribución de la corteza cerebral uniforme, que corresponde a una audición normal. La segunda gráfica muestra las condiciones de una pérdida auditiva desarrollada poco a poco. Se observa que casi no existe actividad neuronal en el área en donde la pérdida auditiva es más pronunciada (las frecuencias más agudas). Se observa una reorganización en la corteza cerebral que ha cambiado su sensibilidad hacia aquellas áreas de frecuencia de las cuáles aún llega información proveniente de la cóclea.
Ing. Cardoso. Su explicación nos deja la impresión que adaptar auxiliares auditivos no es algo sencillo debido a todos los factores involucrados. Efectivamente señorita, es un proceso complejo que requiere de conocimientos, experiencia y tiene como objetivo establecer una relación de confianza a largo plazo con el usuario.
Acoplarse a los auxiliares auditivos lleva tiempo; hay que hacerlo cuidadosamente y despacio para poder ofrecer la mejor experiencia auditiva; entre mejor podamos explicar a nuestro cliente la naturaleza del problema, mejor podrá adaptarse a su nueva audición. Y no necesariamente los auxiliares con muchos canales, van a resolver el problema de volver a oír. Existen factores de igual o mayor importancia, como por ejemplo la capacidad de oír a distancia.
Por último, el uso de auxiliares auditivos disminuye los riesgos de enfermedades mentales asociadas a la edad, así como lo es armar rompecabezas o hacer Sudokus.
¿Nos podría decir dónde pueden localizarlo?
En Av. Venustiano Carranza 1120-1 en los teléfonos (444) 811-1128; (444) 831-2154; Celular y WhatsApp 44-42-81-10-11 Mi correo personal: scardosov@ gmail.com