Medición de oído real.
¡La clave para una buena audición!
¡Un auxiliar auditivo es tan bueno como su adaptación!
Los auxiliares auditivos son tan buenos como se lleve a cabo su adaptación, su calibración, su graduación, su acondicionamiento, su adecuación, su ajuste, todos estos son sinónimos del trabajo que se hace para poner a punto sus auxiliares auditivos y que éstos respondan a sus necesidades de audición.
Es como lograr que una llave abra suavemente y sin atorarse la cerradura de una puerta. Es como hacerse un traje y que le quede como a un rey o una reina.
Para lograr lo anterior, es necesario medir; es hacer una medición dentro de su oído que se llama Medición de Oído Real (REM por sus siglas en inglés).
En esta página describimos el proceso de cómo se lleva a cabo este trabajo que requiere tiempo, paciencia, ganas y un equipo muy especializado.
Llevar a cabo la Medición de Oído Real y adaptar sus auxiliares le brindará el mejor servicio posible de sus auxiliares auditivos que, en otras circunstancias, quizás lo podría obtener con auxiliares más caros. Esta, quizás, sea la información más importante que usted debe de tener en cuenta al momento de comprar sus auxiliares auditivos.
Pensando que esta lectura le podría parecer un poco técnica, le ofrecemos un mensaje más simple, pero que ilustra el punto, mediante la siguiente ilustración.
¿Le gustaría que así le quedara su traje o preferiría que el sastre le tomara las medidas?
La Medición de Oído Real, es tomar medidas muy precisas
y hacer una impecable adaptación de sus auxiliares auditivos.
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Si la explicación anterior es suficiente, no tiene que seguir leyendo.
Si desea echarse un clavado en la explicación técnica, adelante
Cuando usted entra al mundo de los auxiliares auditivos, usted entra a un universo de términos de todo tipo: comerciales, técnicos, muy técnicos, algunos que parece que aportan mucho valor pero que en realidad aportan muy poco y otros que son basura, pero que impresionan.
La mayoría de estos términos no son entendidos y muy pocos saben lo que realmente significan, tanto el público en general, como muchos de los que se dedican a adaptar y vender auxiliares auditivos, incluyendo a profesionales de la salud que uno supondría que los deben de entender y conocer cabalmente.
Todo este mundo de palabras y su oscuro significado es generado por la información que los fabricantes de auxiliares producen y van a configurar ese universo de significados que nos sirve para comunicarnos y establecer puentes de comunicación.
Si a usted le gusta el futbol y por un momento se detiene a escuchar lo que dicen los cronistas que narran los partidos encontrará un mundo de términos que en realidad no tienen sentido pero que de tanto escucharlos aceptamos, sin reflexionar, su significado. Un ejemplo es “lanzó el tiro de esquina a primer palo” y uno se pregunta ¿cuál es el primer palo? ¿serán los postes de la portería? ¿tendrán número los postes: el uno y el dos? Y así como éstos podemos identificar un sin fin de términos que conforman un lenguaje que organiza el universo de la narración de un partido de futbol.
De la misma manera los fabricantes de auxiliares auditivos, cuando lanzan un nuevo auxiliar auditivo al mercado, introducen un conjunto de términos que son aprendidos por los que venden y adaptan auxiliares y auditivos y son los mismos términos que usan como argumento para ponderar la calidad y bondades de los auxiliares que nos ofrecen.
Y, de todos esos términos, seleccionan aquellos que son más fáciles de comunicar, aunque no sepamos qué significan, bajo la idea de que más es mejor que menos.
Por ejemplo, le dicen a usted, adquiera un auxiliar de 20 canales porque es lo mejor, y entonces uno empieza a preguntar precios de auxiliares de 20 canales y de 18 y de 15 y de 12, hasta que encuentra aquel auxiliar que le da el mayor número de canales por el menor precio. Y bueno, ya tenemos una decisión, supuestamente razonada y optimizada o maximizada; pero, más probablemente una decisión mal informada.
Este enfoque reduccionista, que trata de usar uno o dos términos, para definir las bases sobre las cuales fincar una compra, más probablemente llevará a una mala decisión porque se excluyen otros factores de vital importancia como por ejemplo:
- ¿Qué tanto distorsiona el auxiliar?
- Cuál es la máxima distancia a la que voy a escuchar?
- ¿Qué tanto reduce el sonido del viento o el ruido ambiente?
- ¿Tienen conectividad a Bluetooth?
- ¿Los micrófonos son direccionales?
- etc., etc.
Pero desafortunadamente así es como funciona la comercialización y se olvida el que quizás es el concepto más importante: un auxiliar auditivo es tan bueno como lo es su adaptación.
Hay investigaciones muy serias que muestran que auxiliares auditivos ya con algunos años de uso, inclusive analógicos, por cierto una tecnología bastante antigua, ofrecen una mejor audición cuando son bien adaptados, que unos auxiliares con toda la tecnología que tenemos al día de hoy a nuestra disposición.
Cuando entré al mundo de los auxiliares auditivos, en aquella época analógicos y ajustados mediante trimmers, siempre me pregunté para mis adentros: ¿cómo podía el médico saber en dónde colocar los ajustes para que el auxiliar ofreciera la amplificación (ganancia) necesaria para compensar la pérdida auditiva de mi hijo Gerardo? Y, como yo no sabía nada del asunto, pues lo único que podía pensar era que el médico había estudiado mucho para poder saber cómo hacerlo.
¡Cuál fue mi sorpresa cuando me di cuenta de que no sabían lo que estaban haciendo y no tenían ni la más remota idea de cómo estaban adaptando los auxiliares auditivos, porque no estaban midiendo la ganancia que entregaba el auxiliar en cada frecuencia!
No fue hasta que compré un equipo, llamado Fonix, y pude medir la ganancia del auxiliar y, además, me decía si el auxiliar estaba o no distorsionando.
Bueno, pues hoy en día no hemos avanzado mucho en este aspecto y, dado que actualmente los auxiliares se adaptan por computadora pensamos que, si seguimos al pie de la letra los pasos que indica el programa, pues la ganancia que entrega el auxiliar es la correcta.
Pensar que por el hecho de “picarle” a la computadora, necesariamente la adaptación será la correcta es un error. Las computadoras, por más poderosas que sean, no pueden contemplar todas las posibilidades que ocurren dentro de un canal auditivo. Si a eso le sumamos que la audibilidad es un fenómeno subjetivo, pues es evidente que las computadoras y los programas son una condición necesaria, pero no suficiente para una tarea como la que nos ocupa.
Nada puede estar más lejos de la verdad; evidentemente no es lo mejor para el cliente y voy a tratar de explicar porqué.
Evidentemente los algoritmos diseñados por los fabricantes siempre estarán sesgados a ofrecer una adaptación lo más conservadora posible, para que el usuario de primera vez no se sienta agredido, pero esto no quiere decir que va a obtener el mejor servicio de su auxiliar. En el mejor caso podríamos decir que los auxiliares estarán subutilizados.
Pero vamos a empezar desde el principio para comprender este tema.
El canal auditivo y su resonancia natural
La resonancia natural es un fenómeno físico del cual no puede excluirse nuestro oído. La resonancia natural es ese fenómeno físico que amplifica la intensidad del estímulo sonoro en ciertas frecuencias. ¿Por qué sucede? Porque así secomportan los fenómenos vibratorios.
Lo que nos importa en este momento es el canal auditivo, que se identifica con la letra “e” en la siguiente ilustración.
Cada oído externo es diferente en cada persona: niños, mujeres, hombres, adultos mayores, etc. y el conducto auditivo que inicia en el pabellón de la oreja y termina en el fondo de éste, está sellado por el tímpano. En términos simples y llanos, el conducto auditivo es un tubo abierto por un lado y sellado por el otro.
Pues bien, el conducto auditivo produce lo que se llama una frecuencia natural de resonancia, que consiste en incrementar la intensidad del estímulo auditivo en ciertas frecuencias y es dependiente de la forma del canal o conducto auditivo, incluyendo el pabellón de la oreja.
La longitud del canal auditivo, su forma, y el simple hecho de insertar algo adentro del canal, afectará la resonancia natural del canal auditivo y, si no se mide, la adaptación que se haga de un auxiliar auditivo, no será la óptima.
En la siguiente gráfica, observe que la cabeza (curva 1), el torso y el cuello (curva 2), la concha de la oreja (curva 3), la pinna, la pequeña protuberancia al inicio del canal auditivo (curva 4) y, desde luego el canal auditivo (curva 5), incrementan la intensidad del sonido en diferentes frecuencias que sumadas son casi 20 dB que son muchos decibeles y hay que medirlos para cada persona. La línea negra es la suma de las 5 curvas anteriores. Tomarlas en cuenta, hace toda la diferencia del mundo al momento de adaptar unos auxiliares auditivos.
En otras palabras la frecuencia natural de resonancia del conducto auditivo, debido a su morfología y estructura, añade energía (volumen) al estímulo auditivo y aumenta la intensidad del estímulo auditivo.
Todo en esta realidad en la que vivimos, tiene una frecuencia natural de resonancia; hasta un puente.
Vea usted el siguiente video del famoso puente de Tacoma, que empezó a oscilar recién construido, por una leve brisa que soplaba a través de éste. No fue un huracán, ni un temblor, ni nada por el estilo.
Simplemente a los ingenieros se les olvidó tomar en cuenta la frecuencia natural de resonancia del puente de Tacoma en la ciudad de Seattle en los Estados Unidos.
El video nos da una idea de lo que significa la frecuencia natural de resonancia, su efecto y su poder.
Para que no nos pase lo que les pasó a los ingenieros que construyeron el Puente de Tacoma, debemos de tomar en cuentala frecuencia natural de resonancia del canal auditivo. Por ejemplo: entre más pequeño sea el canal auditivo más se amplificarán las frecuencias altas y por eso algunas personas son muy sensibles a los sonidos en esas frecuencias.
En resumen, la forma del canal auditivo, su longitud, si hay un molde o no, si hay un receptor RIC o no, etc., hará que se modifique la frecuencia natural de resonancia del canal, lo que hará que ciertas frecuencias se oigan más fuertes que otras.
Y, si no se mide este incremento natural que se produce, pues la adaptación del auxiliar auditivo no será la mejor.
La práctica de siempre hacer la Medición de Oído Real nos permite tomar en cuenta este fenómeno físico y hacer los ajustes necesarios para conseguir obtener la ganancia idónea para cada persona.
Esto no quiere decir que tenemos la garantía absoluta de que vamos a oír perfectamente bien con los auxiliares auditivos; sin embargo, tendremos la seguridad de que hemos hecho una medición objetiva y estaremos más cerca de la adaptación correcta y empezaremos con el pie derecho.
¿Cómo resuelven este problema los fabricantes de auxiliares auditivos?
Los fabricantes de auxiliares auditivos sabedores de esta situación y de que la mayoría de sus distribuidores no llevan a cabo una medición de oído real, ajustan sus programas de adaptación para disminuir la ganancia en las frecuencias altas, que son las frecuencias que nos permiten tener una mayor claridad.
En la siguiente imagen se observa cuál es la ganancia sugerida por el programa del fabricante, cuál es la ganancia que debe ofrecerse y cómo, ajustando y haciendo una medición de oído real, podemos hacer que la ganancia del auxiliar sea lo más parecido a la que idealmente el auxiliar debe entregar.
Resumiendo, aquí podemos ver:
1).- la ganancia seleccionada de acuerdo al audiograma del cliente y el método de adaptación; la línea punteada morada.
2).- La ganancia prescrita y propuesta por el fabricante (línea continua) y que evidentemente dista mucho de la prescripción requerida.
3).- Aquí vemos que la curva 2) se ajusta casi por completo con la curva 1).
4).- Este podría ser el ajuste final en un escenario ideal.
Sin embargo las adaptaciones son un poco más complicadas. Seguramente la ganancia de la gráfica 4) la disminuiríamos unos 15 decibeles y, en el lapso de unos 2 a 3 meses, iríamos subiéndola y haciéndole leves ajustes de acuerdo a como el cliente se vaya sintiendo.
Pero lo importante es: si no hubiéramos hecho la medición del oído real, estaríamos simple y sencillamente impedidos de hacer el ajuste correcto.
El 99% de los auxiliares están adaptados como se indica en la gráfica de la izquierda en el mejor de los casos.
En la gráfica de la derecha, se muestra cómo están adaptados el 1% o menos de los auxiliares auditivos.
Veamos otro ejemplo: en la siguiente gráfica podemos observar que la zona roja indica que el auxiliar está entregando ganancia de más y, en la zona amarilla, está entregando ganancia de menos.
La línea punteada es nuestro objetivo y, la línea morada continua es lo que estamos midiendo.
En la zona roja estamos amplificando de más porque la línea morada está arriba de la línea punteada y, en la zona amarilla, estamos amplificando de menos porque la línea morada está abajo de la línea punteada.
En la siguiente gráfica podemos observar las gráficas después de las correcciones gracias a que estamos haciendo una medición de oído real.
Las dos líneas son prácticamente las mismas, lo cual es muy bueno!
Nuevamente, hay que hacer ajustes finos adicionales, pero sabemos que vamos por el buen camino y no estamos inventando porque estamos midiendo; tendremos la certeza de que los auxiliares están ofreciendo el servicio para el cual fueron diseñados. Esto hace toda la diferencia del mundo.
¿Cómo hacemos la Medición de Oído Real?
Lo hacemos mediante la inserción en el canal auditivo, de un pequeño micrófono que mide el estímulo auditivo a unos milímetros de la membrana timpánica (tímpano) con un equipo muy especializado.
Las siguientes imágenes muestran la inserción de un micrófono muy pequeñito (el que empieza en rojo en la base) en el canal auditivo y una gráfica esquemática de cómo se ubica en el canal auditivo. En este caso la forma de acoplamiento que se muestra es con un molde, pero bien puede hacerse con un receptor RIC.
Quizás este sea el texto más valioso que usted puede leer antes de comprar unos auxiliares auditivos.
Dado que somos conscientes de su importancia, en Otofon siempre hacemos Mediciones de Oído Real en todas nuestras adaptaciones y ofrecemos este servicio a nuestros clientes.
Nos lleva más tiempo, es un proceso meticuloso, a veces latoso, y siempre tiene uno la tentación de no hacerlo porque confiamos en lo que dice la computadora.
Pero siempre hay que tener presente lo que acabamos de leer y recordar que tenemos en nuestras manos la audición de una persona, su bienestar y el de su familia.
Existen otros muchos factores que afectan el no poder oír bien, algunos fuera de nuestro control por la naturaleza de la pérdida auditiva, para que le aticemos el fuego a la hoguera haciendo una mala adaptación cuando podemos simplemente medir.